Si hay una persona que puede encarnar lo que llamamos rock nacional , ese es Charly García.
Los fans de Spinetta, Gieco, u otros, podrán esgrimir argumentos para rebatirme, pero al final de cuentas coincidiremos que charly mantiene los tres atributos que hacen del rock lo que es y no otra cosa: rebeldía, provocación, arte en permanente cambio.
Pero fundamentalmente siempre fue honesto a la manera mas difícil: honesto consigo mismo.
Siempre lo vi con una imagen contradictoria y paradójica: el mismo que fue capaz de tirarse a una pileta del piso 12 y salir nadando como si fuera indestructible, pero caminando en la cornisa de la fragilidad extrema, el tipo que mas lucho desde su lugar por la libertad, pero como el mismo dijo, nunca la pudo tener porque quedo preso de si mismo.
Vivimos en un país caníbal, antropofágico, ni Cronos se morfo a sus hijos como lo hacemos nosotros. Vitoreamos al campeón, lo llevamos en andas, pero a la primer muestra de debilidad le caemos encima con una saña inusual, lo pateamos en el suelo y cuando el tipo no da mas nos miramos como diciendo “viste que era un tipo común y corriente nomas?” asi somos. Nos fagocitamos a nuestros ídolos, a nuestros referentes, y seguimos como si nada.
Y charly no es la excepción. Hace mas de 30 años que le venimos dando y dando como en bolsa, desde el tipo que le grita “puto” por la calle,la prensa que lo hostiga por 5 segundos de primicia, la ley que lo guardo varias veces a la sombra, y hasta el /la bastardo hijo de remil puta que filmo con su celular como lo redujeron en el hotel en su, hasta ahora, ultimo ataque de furia conocido.
Y un dia toco fondo, y mas profundo tal vez. Tuvimos miedo por su vida, pero el gigante se rearmo, con ayudas inesperadas y ausencias inexcusables.
Y nuevamente siento esa sensación ambivalente.
Por un lado estoy feliz porque esta vivo, esta recuperándose, sigue generando arte para que lo podamos disfrutar… pero a la vez siento que veo a la fiera domada. Es King Kong encadenado y sedado, expuesto a la mirada hipócrita de la misma sociedad que trato de pisotearlo toda su carrera y ahora dice, “pero que bien que esta charly, mas gordito”…hipócritas de mierda, en el fondo están felices que el tipo que les refregó en la cara lo mediocres que eran, hoy esta farmacológicamente aplacado. No se engañen mis amigos, reemplazaron a la tia coca por las diazepinas, químicos ilegales por legales, nada mas.
Siento que en el fondo lograron lo que querían: domarlo.
Y asi estoy, entre la alegría de que este vivo y la tristeza de verlo domesticado.
Pero hay algo que quienes no lo conocen ni lo aman parecen haber olvidado: el espíritu de charly es indomable. La esencia no se cambia. Quien sabe que pasara con la fiera cuando se debiliten las cadenas farmacológicas que hoy lo amarran. Ojala pueda retomar las riendas de su propia existencia, pero para correr como siempre lo hizo, libre y sin miedo a desnudar su alma.
Te queremos mucho.
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